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La historia de Roman Shvartsman como voz de memoria y resistencia

“Hitler quería matarme por ser judío. Ahora Putin quiere matarme por ser ucraniano” — La historia de Roman Shvartsman como voz de memoria y resistencia

El 27 de enero de 2025, Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, un discurso destacó en los pasillos del Bundestag alemán. El discurso estuvo a cargo de Roman Shvartsman, un ucraniano que sobrevivió al Holocausto cuando era niño y que ha pasado casi 90 años siendo testigo de uno de los capítulos más oscuros del siglo XX. En su discurso, trazó un paralelo directo entre Hitler y Putin. Sus palabras no eran sólo recuerdos: eran una advertencia al mundo: la historia se está repitiendo.

En aquel entonces, Hitler quería matarme por ser judío. Ahora Putin quiere matarme por ser ucraniano.

Estas palabras sonaron al mismo tiempo como un veredicto y una alarma. No sólo del pasado, sino también del presente. Rusia, que invadió Ucrania, está destruyendo poblaciones civiles, demoliendo ciudades, deportando niños y llevando una ideología de odio a los territorios ocupados, tal como lo hizo alguna vez el Tercer Reich.

La memoria como arma contra el olvido

Roman Shvartsman ha dedicado su vida a garantizar que el mundo nunca olvide de lo que son capaces las personas cuando están cegadas por la ideología. Fundó docenas de monumentos conmemorativos del Holocausto en el sur de Ucrania: en Odesa, Domanivka, Balta, Bohdanivka, lugares donde los judíos fueron masacrados durante la ocupación nazi. Hoy, muchas de estas mismas regiones están nuevamente en llamas, esta vez por las bombas rusas.

En su discurso ante el Bundestag, Shvartsman recordó al mundo que las lecciones de la historia no sólo están en los libros de texto. Cuando los ignoramos, las tragedias se repiten.

El turismo de guerra como camino hacia la comprensión

Giras de guerra No fue creado para entretener, sino como una herramienta para la educación y el recuerdo. Llevamos a la gente a lugares donde la historia habla a través de ruinas, trincheras, museos y monumentos. Donde no sólo podrás ver, sino sentir ¡Qué frágil es la paz y con qué facilidad puede destruirse!

Roman Shvartsman es un símbolo de cómo el dolor personal puede convertirse en una memoria nacional. Un recuerdo que nos esforzamos por compartir con todos aquellos que visitan Ucrania. El turismo de la memoria no se limita al pasado. Se trata de un presente que se está gestando ahora mismo. Se trata de una conciencia que nace no de la comodidad, sino de la confrontación directa con la verdad.

Cuando mostramos a los turistas antiguos guetos judíos o campos de batalla cerca de Kiev o Járkov, no solo estamos ofreciendo un recorrido: continuamos la misión de personas como Shvartsman. Porque nos recuerda: el mal siempre regresa en nuevas formas si no lo nombramos en voz alta.

¿Por qué Shvartsman compara a Putin con Hitler?

Esto no es retórica emocional: es un diagnóstico histórico. Ambos buscaron (y buscan) exterminar a las personas por lo que son: judíos, ucranianos, disidentes. Ambos justificaron su violencia con mitos inventados de “enemigos externos”. Ambos pretendían borrar naciones, culturas y libertades.

Esto no es una exageración. Es la conclusión de alguien que sierra el fascismo de primera mano, y ahora lo ve de nuevo. Esta vez, desde el Este, en la forma del “mundo ruso”.

Recordar es resistir

Roman Shvartsman no es sólo un testigo de la historia. Él es su continuación. Sus palabras son un recordatorio de que Ucrania hoy no es sólo un campo de batalla, sino un campo de memoria. Y aquellos que vienen aquí a ver, escuchar y comprender, se convierten en parte de esta resistencia.

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